Historia de Cartagena de Indias

La verdadera independencia de Colombia

La Independencia de Colombia fue el proceso histórico que permitió la emancipación de Colombia del Imperio español, dando fin al período colonial. Dicho proceso se libró en medio de un conflicto desarrollado durante el primer cuarto del siglo XIX para emancipar el territorio entonces conocido como Provincias Unidas de la Nueva Granada. Esta fue parte de las guerras de independencia hispanoamericanas, una serie de luchas surgidas en América motivadas por la invasión francesa de España en 1808, la cual fue parte de las guerras napoleónicas en Europa.

Los movimientos de la independencia comienzan con una serie de hechos liderados por Antonio Nariño y Camilo Torres Tenorio. La primera fase de la guerra, de 1810 a 1819, se caracterizó por constantes luchas internas entre los defensores de la independencia. En 1811 las provincias de la Nueva Granada se conformaron en un nuevo Estado independiente, consistente en una confederación débil de aquellas provincias que se habían declarado independientes en 1810. En 1816 los españoles ganaron de nuevo el control del país, con lo cual instala el llamado régimen del terror, aunque durante este período varios grupos republicanos se mantuvieron activos, ejerciendo un poder efectivo en los Llanos, principalmente en la Guayana venezolana y en el Casanare.

En 1819 un ejército republicano comandado por Simón Bolívar cruza las montañas que separan las provincias de Casanare y Tunja y tras las batallas de Paya, Pantano de Vargas y Puente de Boyacá tiene vía libre para tomar el control de Santa Fe, ciudad a la que llega el 10 de agosto de 1819.

El territorio ocupado por el virreinato de Nueva Granada se convirtió en, las Provincias Unidas de Nueva Granada, una república federal luego integrada a la Gran Colombia, un país unitario así nombrado en honor al navegante Cristóbal Colón. Tras la disolución de esta última, la antigua Nueva Granada se convirtió en la República de Colombia.

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El legado de Blas de Lezo y Olavarrieta

Blas de Lezo y Olavarrieta nació en el distrito de Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa) —por entonces aún parte de San Sebastián— a principios de febrero de 1689 y fue bautizado en la iglesia de San Pedro de la misma localidad el día seis siguiente. Hijo de Pedro de Lezo y Agustina Olavarrieta, pertenecía a una familia con ilustres marinos entre sus antepasados, en un pueblo dedicado, prácticamente en exclusiva, a la mar. Era el tercer hijo del matrimonio, que tuvo ocho, de los que no todos sobrevivieron a la infancia. Sus padres pertenecían a la pequeña nobleza local, acomodada, y Lezo contaba con algunos antepasados importantes: su tatarabuelo había sido regidor de la villa a comienzos de siglo, otro había sido obispo de Perú el siglo anterior, y su abuelo había sido capitán y dueño de un galeón. El mayorazgo le privaba prácticamente de heredar bienes, así que optó por emprender la carrera militar, como marino.

Se educó en el Colegio de Francia, una institución educativa para niños de la baja nobleza de la zona donde recibió la instrucción básica. En aquel entonces la armada francesa era aliada de España en la guerra de Sucesión, que acaba de empezar al morir Carlos II sin descendencia. Dado que Luis XIV deseaba el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y escuadras de España y Francia, Lezo se embarcó, a sus doce años, en 1702, en la escuadra francesa —que, en la práctica, había absorbido a la española, en estado calamitoso—, enrolándose como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Luis Alejandro de Borbón, hijo de Luis XIV.

La Inquisición en Cartagena

La Iglesia Católica estableció la Inquisición para velar por el poder de la fe católica, dada la propensión de los esclavos a cultos paganos que incluían formas de hechicería.

Cartagena de Indias fue asaltada numerosas veces por piratas y tropas inglesas (Francis Drake, 1586), francesas y holandesas. Por esto, el rey Felipe II encomendó al maestre de campo Juan de Tejeda la misión de construirle murallas y fortificaciones. El sistema de fortificaciones sirvió de defensa a ciudad en los siglos XVII y XVIII. El ingeniero italiano Bautista Antonelli inició la construcción de las murallas y fortificaciones de Cartagena de Indias, como el baluarte de Santo Domingo en 1614 entre otras. Su hijo Juan Bautista Antonelli, apodado «El Mozo», continuó la obra junto a su primo, el ingeniero hispanoitaliano Cristóbal de Roda Antonelli La fortificación es la más completa de América del Sur y fue rematada en 1796 por el ingeniero español Don Antonio de Arévalo.

En 1697 la armada y los piratas franceses atacaron la ciudad, guiados por el Barón de Pointis y Ducasse. La bahía fue defendida valientemente por el héroe Don Sancho Jimeno, pero la ciudad débilmente protegida y posiblemente su gobernador Don Diego de los Ríos se había vendido a los intereses de los franceses y ésta fue saqueada.

La reconstrucción después de la Expedición de Cartagena en 1697 fue inicialmente lenta, pero con el final de la Guerra de la sucesión española alrededor de 1711 y la administración competente de Juan de Torrezar Díaz Pimienta, los muros fueron reconstruidos, los fuertes reorganizados y restaurados, y volvieron a abrir los servicios públicos y los edificios. Para el año 1710, la ciudad estaba totalmente recuperada. Al mismo tiempo, las reformas lentas pero constantes de las políticas comerciales restringidas en el Imperio español alentaron el establecimiento de casas comerciales nuevas y proyectos privados. Durante el reinado de Felipe V de España, la ciudad tenía muchas nuevas obras públicas iniciadas o completadas, entre ellas el nuevo Fuerte de San Fernando, el Hospital de la Obra Pía y la pavimentación completa de todas las calles y los proyectos en la apertura de nuevos caminos.

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Fuente: Wikipedia